
Aunque no se sepa, a veces vivimos en una burbuja que nos mantiene alejados de la mentira y la maldad del mundo que nos rodea. Un buen día, esa burbuja se pincha, la venda se desata y logramos ver y sentir el verdadero mundo exterior, la realidad que estamos expuestos a vivir. Muchas personas no quieren ver la verdad, prefieren vivir cegados por un amor no correspondido.
Cuando un sentimiento nos deja inundados de tristeza, nos sentimos perdidos, desorientados, sin rumbo. Muchas personas viven ciegas a elección para no ver lo que realmente sucede a su alrededor, por no querer admitir cosas que dejan profundas heridas en el corazón.